Spitz: Noah + Jace - "A little trip" {2x04 - 2x05}

Desde el instante en que conocí a Noah mi vida era… Fuck… Bizarra… Extraña. Hermosa, confusa, dolorosa, eléctrica… Desde ese primer trago, desde ese primer momento en que hablamos y después me regaló Overjoyed en el piano del Neptune, que todo es caos, el caos más increíble… Y si esas noches compartidas entre anécdotas y alcohol me sacudían la vida, entonces esto… Esto que estaba pasando desde que el volvió de Londres y se apareció en mi casa… Esto no podía explicarse en palabras…
No era fácil, ok? Claro que no era fácil. No pretendía que lo sea, aunque a veces la realidad venia y me cagaba a trompadas. Estaba más que feliz con lo que Noah me daba. Oh god, tantas noches. Tardes. Momentos robados. Momentos privados, escondidos en mi departamento. Hablando como antes, compartiendo vino y scotch, compartiendo historias, compartiendo música, solo que ahora también nos compartíamos a nosotros también. Compartíamos intimidad. Compartíamos placer. Nuestros cuerpos, nuestras almas, a un nivel que a veces me asustaba, porque me hacia imaginar que yo no era el único que sentía esto a un nivel mucho mas intimo y emocional que si fuese solo sexo. Esto era casi etéreo. Cuando nos mirábamos a los ojos… Cuando pasábamos horas a veces solo abrazados desnudos… That was not normal… Tuve relaciones exclusivamente sexuales muchas veces en mi vida y nunca fue así, con nadie. Por mi parte lo entendía, porque god, si lo amaba antes, ahora estaba absolutamente devoto a él, enamorado como nunca, claro que iba a ser todo así de ridículo. Pero, y él? Oh fuck me… cuantas veces me mordí la lengua para no preguntarle? Cuantas veces me aguante las ganas de solo preguntarle por qué demonios me abrazaba como si se fuera a acabar el mundo, o me besaba con una ternura que me aflojaba las piernas… No entendía… Juro que no entendía y a veces me asustaba y otras me ilusionaba, porque era débil. Siempre fui débil, siempre busque amor y aceptación en la gente alrededor mío y con Noah eso también se multiplicaba a niveles ridículos. Y la realidad era que no sabía cómo amaba Noah. No sabía cómo era un Noah enamorado. Y a veces cometía el error de leer entre líneas. De imaginar que si sentía algo, que ese beso en particular era su manera de decírmelo, que quedarse un rato más cuando tenía que huir era su manera de demostrármelo, y me moría por dentro, porque la sola idea de su amor, de un amor real, me destruía por completo. Era algo que deseaba tanto que me dolían las manos, el alma, la vida. Lo deseaba tanto que por momentos hasta creía inventarlo. Hasta que él se tenía que ir, y se metía en esa fucking ducha para lavarme de su cuerpo, y yo recordaba que no dormiría conmigo. Que no vivía conmigo. Que no me amaba a mí. Que la amaba a ella. A esa mujer que vi una sola vez. No tenía idea que era lo que ella no le daba y que buscaba en mi, tal vez era esta amistad extraña, tal vez solo era que yo hombre y no mujer, no tenía idea, pero cuando tenía que dormirme solo, todavía temblando por la sensación de estar con él, todavía inundado de su perfume, con un agujero enorme en el pecho porque él no estaba, entendía que no era amor. No podía ser amor. No importa cuántas veces me bese, me mire a los ojos, me abrace, o haga el amor conmigo. It was not love.
Y sin embargo no podía alejarme. Y no solo porque se lo prometí esa primera vez, no solo porque le asegure que mientras él me desee, yo iba a estar acá para él. Era porque mi necesidad de él era tan fucking absoluta que no me importaba sufrir. No me importaba tener solo una fracción de él. Desde el principio una fracción fue mejor que nada, incluso si venía con sufrimiento. No me importaba sufrir, no me importaba cargar con culpa, no me importaba nada, mientras el viniese y me buscase, yo iba a estar, dándole lo que sea que quiera de mi, aunque me mate.
Por eso de algún lado encontré el valor y una de esas noches que pasaba solo saqué un bolso del placard y guardé cada cosa en la casa que perteneciese a Nat. Todo. Cada prenda de ropa. Cada foto. Cada recuerdo. Cada cosa que ella no se había llevado en su último arrebato de locura, todo lo metí en ese bolso y lo dejé en el placard. Y la llamé. La llamé mil veces, y nunca me atendió. Sabía lo que estaba haciendo, fuck. La conocía demasiado. Habíamos pasado por esto tantas veces que sabía lo que estaba haciendo. No iba a atenderme hasta que o yo vaya a buscarla, rendido, o ella se harte de esperarme y venga llorando. Pero ahora no podía pasar ninguna de las dos cosas. I was not going. Y no quería que venga. No podía venir. No podía ni abrirle de nuevo esa puerta sin morirme. Sabía lo que tenía que hacer. Lo que le tenía que decir. Que pedir. Y tenía que pasar cuanto antes. Fuck, necesitaba que me atienda, y no lo hacía, y cada vez me ponía más nervioso, pero eso me lo tragaba. Eso no se lo iba a decir a Noah.
Y así pasaron días de este casi dream state, compartiendo momentos, enamorándome mas y mas todavía, conociendo más cosas, explorando su cuerpo, el mío, enamorándome de su alma, de esta hermosa versión de él de decidía regalarme, de sus expresiones de placer, de sus gemidos, de cada milímetro de su piel, de la magia que hacíamos juntos, de lo fucking perfectos que éramos todo el tiempo, o cocinando desnudos en mi cocina, o tocando el piano, o haciendo el amor, simplemente… encajábamos… Fuck… Encajábamos tanto que me dolía no poder decírselo. Odiaba no poder decirle que nadie nunca jamás encajó en mi vida como él, que no amé a nadie como lo amaba a él, que en apenas unos meses él me dio vuelta el mundo donde necesitaba ser dado vuelta y lo acomodó all in the right places, era inentendible, era su magia… Sabía que estaba siendo una versión egoísta y patética y despreciable de mi mismo, pero cuando estaba con él.. Everything just made sense…
Y esa tarde… God… Tuve solo una open house por la mañana, eterna, aburrida, y solo podía pensar en que en la noche tenía que tocar en el Neptune. Se había vuelto algo agridulce, porque mi vida entera estaba afectada por Noah y la música no era diferente, me sentaba al piano en el bar y el mundo desaparecía porque tocaba y cantaba por el, para el, lo cantaba a el a pensar de que el no estaba… Oh god, como extrañaba sus ojos en mi… Como extrañaba tenerlo ahí. Era tan egoísta que quería tenerlo también en el Neptune, pero entendía. Claro que entendía. Nuestra relación había mutado un monton, tenia sentido que no quiera estar en público con él. Por eso era agridulce tocar en el Neptune. Yo le cantaba al amor de mi vida, que no estaba ahí, porque yo era su amante. Nada mas. Esas noches dolían.
Y termine la open house y volví a casa para prepararme mentalmente para eso, para relajarme un rato, pensando que al menos tenia la ilusión de que tal vez después el viniese, tarde por la noche. Oh god, lo extrañaba. Lo necesitaba tanto que cuando se apareció por la tarde en la puerta de casa, mas temprano que nunca, pidiendo perdón como un pelotudo por no avisar, nisiquiera lo dejé hablar. God, no, le comí la boca, me abracé a el, lo empecé a desvestir en el sillón y termine en la cama y no lo dejé volver a abrir la boca hasta que terminamos uno encima del otro, agitados, bajando de otro orgasmo glorioso, pegados, siempre pegados. Recien cuando pude volver a llenarme de él pude siquiera prestar atención a que él tal vez tenia una razón concreta para haber venido a esta hora. Selfish me, again. Levanté un poco mis cejas cuando aun apoyando en mi pecho dijo que tenía una confesión. Suspiré, porque beso mi pecho, lo acarició, distrayéndome de la incertidumbre de no saber que iba a confesarme. -Mmhmm?- pregunté casi en un suspiro de satisfacción. Dijo que había venido para preguntarme algo y que se distrajo. -I had nothing to do with that, did I?- bromeé, abrazando mas su cuerpo contra el mío con un brazo, acomodándolo, y levantando mi otra mano para ponerla sobre la suya en mi pecho. Siendo estúpido, siendo romantico, siendo baboso, egoístamente amando que el nunca me detenga cuando hago estas cosas. -What is it?- pregunté, abriendo un poco mas mis ojos para observarlo, jugando con sus dedos.